Tengo dos cuentas de correo personales, una, la que utilizo normalmente es la de Gmail que está asociada con este blog, la otra es mi primera cuenta de correo electrónico que saqué allá por el año 1998 cuando me apunté a esa moda que era entonces internet sin saber muy bien cuanto iba a cambiarme a mi y al mundo el que fue el último gran invento del siglo XX. No se cuanta gente tiene mi correo, lo cierto es que esta cuenta es como un imán para el spam y las cadenas de correos chorras del tipo de “si usted no envía esto a diez amigos Bill Gates matará un gatito”. Normalmente suelo pasar de esta cuenta como ya he dicho, de hecho sólo la reviso porque a veces algún amigo despistado todavía me manda algún que otro correo. Pues bien, alguien, que no se en que circunstancias se hizo con mi correo, anoche me mandó un email de esas cadenas en el que tras una estúpida historia en la que un gran profesor de filosofía ateo era humillado, con la ayuda de dios por supuesto, por un joven alumno cristiano que cual David se puso en pie cuando el profesor reto a tal cosa a una clase de 300 alumnos para debatir con el la existencia de dios, reto que al parecer repetía el Goliat profesor año tras año sin que nadie osara aceptar el reto por 20 años. Concluía el plagio con una pesada perorata contra el ateísmo llegaba a afirmar “las personas que digan ser ateas, es porque están completamente locas, es decir ; dementes”.
Normalmente no suelo prestar mucha atención, pero la verdad es que una persona tenga la desfachatez de enviar este tipo de correo insultando a personas que ni siquiera conoce me irrito profundamente lo que me llevo a responderle con el siguiente texto: “Los ateos no somos dementes, tu si que eres un cretino si crees que puedes convencer a alguien con semejante historia” lo cual fue un enorme error ya que después tuve que soportar recibir un nuevo correo, este escrito todo en mayúsculas (debe ser que así su efecto salvador de almas se amplia) en el que volvía a repetir las mismas estupideces de telepredicador del primero, preguntándome cual fue el trauma que me hizo ateo, diciéndome que la prueba de que existe dios es que el mundo se mueve (joder lo que le abría ayudado eso a Galileo en su momento cuando dicha prueba era que no se movía y aquí estaba la inquisición para quien se atreviera a decir) y eso es maravilloso e inexplicable o que no hace falta ver para creer porque el no ve el aire pero cree que existe y finalmente mi argumento favorito: me recordó que Jesús vendrá a la tierra y que entonces podre verlo pero que para ese momento ya será tarde porque me habré condenado al infierno como todos los ateos es decir que más me valía creer por la cuenta que me trae. No entiendo que clase de lógica le puede llevar a creer que alguien que no cree en algo (dios) pueda llegar a creer por medio de la amenaza con otra cosa con la que obviamente no cree (el infierno).
En fin dejemos que nuestro incansable proselitista siga buscando “argumentos” tan buenos como el anterior o como el de que la teoría de la evolución es falsa por que de ser cierta “todavía podríamos ver monos convirtiéndose en hombres en los zoológicos” (sic) porque lo cierto es que como rezaban hace un tiempo los autobuses primero en Londres y después en otras ciudades: “probablemente dios no exista, deja de preocuparte y disfruta la vida” y el que no esté de acuerdo que muestre las pruebas científicas de su existencia.
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