Ayer en la reunión de nuestro presidente del gobierno (al que habría que pensar en cambiarle este titulo por el de manijero de los mercados en el cortijo español) con los representantes de las principales empresas de este país Y pudimos comprobar cuan lejos está este país de constituir una sociedad regida por la plutocracia del IBEX 35 de aproximarse ni siquiera remotamente a los valores de igualdad y justicia social que deben prevalecer en una democracia. Y no sólo por el hecho de que la paridad brillara por su total ausencia en este grupo donde al parece reside el verdadero poder que rige esta nación (el de los mercados hechos carne para la ocasión) y donde sólo había dos mujeres que además, como para que quedara claro, eran colocadas las últimas de la fila, sino porque precisamente si hay algo más enemigo de la democracia es precisamente lo que había representado allí, la Plutocracia. Mucho más allá que la dictadura (que siempre es transitoria porque por cruel y tiránico que sea un dictador más tarde o más temprano al final acaba muriendo) la plutocracia ha representado siempre el peor enemigo de la democracia, ya que la oligarquía supone generalmente el dirigir todos los recursos de una nación en beneficio de los intereses de unos pocos favorecidos a costa de sacrificar el de la mayoría que pasa a ser secundario. No debemos olvidar que las opiniones de estas personas, propietarios y ejecutivos de grandes empresas, no representan a nadie salvo a ellos mismos, nadie les ha votado, nadie les ha elegido y sus intereses no coinciden necesariamente (de hecho muchas veces son contrarios) a los intereses generales del pueblo español depositario de una soberanía nacional que todo el mundo parece ignora, desde ese ente abstracto y siniestro llamado los mercados hasta el propio zapatero que se reune con ellos hechos carne para buscar las soluciones a la crisis que más satisfagan sus apetitos voraces; porque ciertamente, como tanto dice Montilla ahora que está de campaña (luego se le olvidará como se le olvida siempre a los “socialistas” cada vez que pasan las elecciones) de esta crisis se puede salir por la derecha como quieren los mercados o por la izquierda como transformando completamente nuestro sistema económico y político en aras de una nueva sociedad en la que prime el cubrir las necesidades de las personas por encima de la voracidad de los mercados.
Así pues, mientras Zapatero recibía ayer en la Moncloa a los mercados hechos carne para saciarlos, en otra parte de la misma ciudad cientos de personas que sólo tienen por capital su persona y su trabajo, en condiciones de absoluta igualdad, debatían otra forma no sólo de acabar no con esta crisis, sino con el sistema económico, político y social subyacente que no sólo genera crisis como esta cuya factura pretende pasar impunemente a los más débiles de la sociedad, sino que está con su infinita voracidad por el beneficio a corto plazo, destruyendo la posibilidad de futuro para la raza humana. Esta alternativa en nuestro país se llama Tercera República y durante todo el día de ayer cientos de militantes comunistas, junto con intelectuales e invitados de la sociedad civil plantaron su semilla en la Conferencia Republicana que organizó el PCE. A partir de ahora esta ya no es sólo una lucha defensiva para que el movimiento obrero mantenga sus conquistas históricas (jubilación, seguridad social, educación etc.) sino una lucha ofensiva hacia delante para no sólo ampliar estas conquistas sociales, sino buscar las nuevas metas de justicia social, igualdad y sostenibilidad ambiental que encarnan la Tercera Republica y que son vitales para superar este nefasto . Una semilla pequeña como todas las semillas, pero que con el tiempo y los cuidados adecuados puede dar como resultado un gran árbol de esperanza.
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