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En defensa del Club de Fútbol

Los escritos políticos anónimos tienen una larga tradición en nuestro país. Una tradición que básicamente ha estado ligada al hecho de que en sociedades no democráticas (como ha sido la española la mayor parte de su historia) criticar abiertamente al poder con nombres y apellidos ha resultado siempre muy peligroso. Esta misma tradición ha tenido su continuidad durante mucho tiempo en nuestro periódico local “El Colonial”, pese a llevar ya muchos años de democracia. Personalmente debo decir que nunca me ha gustado mucho los anónimos, pero eso es sólo una opinión, y pienso que quien escribe anónimamente puede que tenga sus razones para hacerlo, aunque yo no las comparta. No obstante, lo que ahora me preocupa no es la tradición de los anónimos en El Colonial, sino esa nueva moda que ahora se propugna desde sus páginas y que consiste en el “anónimo defensor del poder”. Esta forma de actuar, permite al poder criticar libremente a sus opositores, pero tratando de evitar que estos puedan responderle al ocultarse astutamente bajo la apariencia de un sencillo ciudadano que simplemente observa con “sentido común”. Último ejemplo de estos anónimos es el escrito presentado en el Colonial del mes de octubre, titulado “Cómo ve el club de fútbol la botella” firmado por “un colaborador”. No sabemos en qué colabora este “colaborador” pero del artículo si se desprende para quíen lo hace. Pretende nuestro anónimo colaborador (El cual posee un conocimiento asombroso de la administración municipal) aparentar una opinión independiente, en la que critica al Club Deportivo Colonial (CDC), por ser una entidad que pese a recibir ya muchas ayudas, se queja de que se le hayan retirado las ayudas para los desplazamientos, concluyendo que: “Quien cree que el compromiso con el deporde del Ayuntamiento para con la iniciativa privada es mantenerlo todo con fondos públicos, creo que está algo equivocado ...”
Resulta Lamentable que un partido político que durante la campaña electoral hizo gala de la defensa de la participación ciudadana en los asuntos públicos, ahora que está en el poder se sienta tan incomodo con esa participación hasta el punto de catalogar al CDC como una entidad privada, obviando así que el CDC, como el Barça, es algo más que un club de fútbol, es una de las principales instituciones deportivas de nuestro municipio, ya que cuenta con 180 niños que practican este deporte y 280 padres inscritos como socios. Mantiene actualmente siete equipos federados en distintas categorías y además una escuela deportiva para niños de entre 5 y 7 años en la que hay matriculados actualmente 20 niños. Todo este esfuerzo es posible gracias al trabajo de 9 entrenadores y 1 director deportivo que forman el cuadro técnico del club y a un presupuesto que ronda los 40.000 €, a los cuales este gobierno municipal “de la participación ciudadana” pretende contribuir según nuestro anónimo colaborador, con un saco de yeso para las pistas y con un electricista “cuando se puede”: ¡Cuanta generosidad la de nuestro Ayuntamiento, y que poco se la agradecen!
Y es que la verdad es que la participación del ayuntamiento en el pago de los gastos del club, era ya de por si casi ridiculiza, si tenemos en cuenta de que de los 300 desplazamiento que aproximadamente este hacen al año el ayuntamiento pagaba sólo unos 40 (mientras que en otros pueblos de nuestro entorno como Posadas paga unos 120) y que la mayor parte de los “servicios” que el ayuntamiento parece ofrecer según nuestro anónimo Colaborador, no son más que los normales del mantenimiento de un estadio, que no pertenece al CDC, sino que es de todos y en el que además de las actividades del CDC, se realizan otras muchas, como por ejemplo el tenis. El mantener los servicios municipales es competencia del ayuntamiento y el disfrutarlos es un derecho de los ciudadanos, ya sea individualmente o a través de un club, y no un favor que el ayuntamiento hace y que debe agradecérsele.
Por otro lado, potenciar el deporte no sólo es una competencia más de nuestro ayuntamiento, sino que es uno de los retos fundamentales a los que se enfrenta cualquier sociedad que quiera aspirar a unos mínimos estándares de calidad de vida. Y para poder llevarlo a cabo es imprescindible contar con aquellos clubes y asociaciones que buscan ese mismo objetivo, y que no son “entidades privadas” como si fuesen un club privado, sino organizaciones sociales que buscan fomentar el deporte en la sociedad. Reducirlos a tal categoría de privados supone a la larga caer en una concepción neoliberal del deporte que tiene como consecuencia que en privada, nuestro CDC se podría enclavar más en lo que se llama iniciativa social, o participación ciudadana (esa misma que los estatutos de olivo-independientes dice querer fomentar según su web).
Quizás la fórmula de pagar autobuses no sea la forma de colaboración más adecuada, quizás sea necesario buscar otras vías, explorar otros caminos, etc. no me competa a mi decirlo. Ayuntamiento y club deben de debatir sobre si la cooperación debe ser mayor o menor, si la forma en que se da es adecuada o inadecuada o incluso si debe darse o no y alcanzar un acuerdo que contribuya a mantener la importante labor que realiza el segundo sin poner en peligro las cuentas del primero. Pero lo que no se puede hacer, sobre todo desde un Ayuntamiento que hace bandera de la participación ciudadana, es evitar el debate directo y difamar demagógicamente por medio de un anónimo. Un partido gobernante que utiliza estas prácticas rápidamente cae en el descrédito, demostrando que carece de la capacidad mínima indispensable para afrontar los problemas.
Juan Segovia

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