¿Que hay de lo mío? o de cómo se fragua una candidatura en el PSOE.

Es sorprendente la fuerza que todavía le queda a Antonio Guisado en nuestro pueblo. Pese a su nefasta gestión municipal que, salpicada de escándalos urbanísticos, dejó nuestro ayuntamiento terriblemente endeudado, sin terrenos para zonas verdes o equipamientos de cualquier clase, con un proyecto de polígono industrial que más parece una gran estafa que una promoción pública y lo que es más imperdonable en política, después de perder hace ya casi ocho años la alcaldía frente a un grupo de “particulares” como los definió su amigo de aquella época Juan Antonio Fernández (JAF) en una memorable intervención televisiva, que quedará para siempre como ejemplo del sentido de democracia que impera en el PSOE de la Colonia de Fuente Palmera.

Pero parece que a Don Antonio todavía le queda sex appeal político y al grito de “¿que hay de lo mío? hace una semana acudieron a su llamada un centenar de los más granado del PSOE Colono y aledaños, es decir aquellos que hicieron su fortuna gracias a la política del “laissez faire” urbanístico y la barra libre en los contratos municipales con que se caracterizaron los 12 años de gobierno de Antonio Guisado más todos aquellos que esperan un carguillo, una recalificacióncilla, un trabajillo eventual en el ayuntamiento: Es decir conciencia política en estado puro. Muchos son los mismos que hasta hace poco esperaban todas estas cosas tras la victoria socialista de 2007 y vieron sus esperanzas frustradas por la sencilla razón de que  ya no hay vuelta atrás y el equipo de gobierno actual, por más que quisiera, no puede permitirse ni jurídica ni económicamente volver a los chanchullos del pasado ya que hoy en día existen mecanismos de control tanto jurídicos (un secretario y un interventor de carrera que no dejarían pasar según que cosas) y políticos ya que la falta de mayoría absoluta y una mejor preparación política de la oposición para ejercer su labor de control de la acción de gobierno que en otros tiempos.

Y son paradójicamente estos mecanismos los responsable de la difícil situación socialista, ya que gracias a a ellos JAF no ha podido establecer su propia red clientelar y contentar a los “estómagos agradecidos” que en el pasado fueron la base del poder de guisado en la Colonia y que ahora con el estomago vacío claman por su antiguo “benefactor” con la esperanza de volver a los viejos tiempos. Frente a estas promesas populistas, JAF sólo puede ofrecer una gestión deslucida, plagada de promesa y compromisos incumplidos y a la que sólo el haber contado con una oposición mucho más abierta, dialogante y civilizada de la que él hizo al gobierno anterior, junto con las obrillas del plan “E” han evitado que sus cuatro años de alcalde se conviertan en un verdadero calvario, porque desde “su” partido desde luego no ha faltado empeño. Una gestión que queda muy lejos de las descabelladas promesas que hizo durante su campaña electoral, donde parecía que todo era posible con los millones que,  gracias a su mediación frente a diputación y junta de Andalucía, iban a caer sobre Fuente Palmera como mana del cielo. Esta diferencia entre sus disparatadas expectativas y la realidad que le golpeo fuertemente en la cara después de la toma de posesión ha ido mermando su credibilidad hasta el punto que ya no hace pie ni en su propio partido, lo cual no es muy buena tarjeta de presentación para quien pretende ser renovado como Alcalde.

Así pues estas son las dos facciones socialistas que el pasado domingo iban a enfrentarse y que por mediación de la dirección provincial de su partido ahora parecen estar condenadas por mandato a intentar consensuar una lista. Lo triste es que en toda esta lucha por el poder en el primer partido de la Colonia, las discusiones sobre el “que hay de lo mío” no han dejado sitio para el debate serio sobre los graves problemas que aquejan a nuestra Colonia y como resolverlos. Si esto es lo que puede ofrecer el PSOE a Fuente Palmera los colonos quizás harían bien en buscar su alcalde en otra parte.