No lo puedo evitar, cada vez que un dirigente socialista sale en la prensa hablando de responsabilidad, de defensa de los intereses nacionales o de la compatibilidad entre la defensa de los derechos humanos y esos intereses que al parecer obligan a ZP a ser cómplices de los crímenes del genocida Mohamed VI contra el pueblo saharaui me invade una profunda nausea. Es la nausea que se produce al enfrentarse uno cara a cara con el cinismo de la peor política, la que se hace pensando en los bolsillos de los poderosos en vez de en la búsqueda de la justicia y la dignidad de los pueblos. La nausea que te invade cuando uno se encuentra con alguien repugnantemente cubierto hasta el cuello de inmundicias como nuestro presidente del gobierno y su partido.
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