Sr. Presidente:
Requiero su atención para expresarle mi completa perplejidad e indignación, como ciudadano y miembro de una organización comprometida con los mejores valores de la Carta Magna -cuyo 31 aniversario se conmemora hoy- y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por la dramática situación de Aminetu Haidar. Esta firme mujer lleva 21 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote con una única reivindicación: ser devuelta en avión a El Aaiún por la misma regla de tres con que fue obligada a venir, tras ser expulsada ilegalmente por el Gobierno de Marruecos y que ha derivado en un supuesto ’secuestro’ autorizado por la Administración española que encabeza su Gobierno. Y hablo de supuesto ’secuestro’ porque ¿cómo se calificaría que a un ciudadano español, sin orden judicial alguna, le fuera arrebatado su pasaporte, fuera subido por la fuerza a un avión en Barajas, para ser conducido, pongamos como ejemplo, a Marruecos y, ante la resistencia del comandante responsable del vuelo a llevarle sin la documentación pertinente, recibiera éste orden de las autoridades marroquíes de trasladarle de todos modos?
Aquí, Sr. Presidente, se han violado la legalidad internacional, la legalidad marroquí y la también la española, incluidas la Constitución española y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y a ellas apelo para que se restituya el derecho conculcado.
Como digo, le manifiesto mi perplejidad porque es incomprensible que su Gobierno se prestara a colaborar con la ilegalidad de Marruecos cometiendo otra ilegalidad. ¿Por qué razón su Gobierno no mantuvo con firmeza el cumplimiento de la ley que sí exigía el comandante del vuelo cuando éste se negaba a trasladar desde El Aaiún a Lanzarote de forma forzosa y sin papeles a la señora Aminetu Haidar?
¿Es que tan cogidos nos tiene el Gobierno marroquí por razones comerciales, de inmigración o de un supuesto control del terrorismo? ¿O es que alguien no cayó entonces en la cuenta de que Aminetu posee una determinación de acero, por las que desde hace años es un símbolo internacional de la lucha por los derechos civiles de su pueblo, como lo prueban las distintas distinciones que le han concedido, la última en EE.UU? ¿O fue que alguien simplemente no valoró que una persona con tanta dignidad no se quedaría resignada ante tan clara violación de sus derechos?
Su Gobierno, Sr. Presidente, sabe perfectamente que Aminetu lleva 42 años siendo saharaui y décadas defendiendo que se cumplan las resoluciones de la ONU de celebrar un referéndum en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos tras el vergonzoso acuerdo tripartito de 1975.
Si el pueblo saharaui, tras la invasión, hubiera querido disolverse como pueblo en Europa, ya lo habrían hecho. Pero resisten en la Hamada de Tinduf, en el desierto Argelino, y en el Sahara Occidental ocupado porque quieren recuperar su derecho a decidir su destino como pueblo saharaui. Si en 34 años no han conseguido arrebatarles su dignidad, no lo van a conseguir en unas cuantas semanas.
Por eso, Sr. Presidente, Aminetu no quiere el derecho de asilo, porque no es una refugiada, ni tampoco quiere la nacionalidad española, porque ella es saharaui, ni quiere la vivienda que le ofertan, porque ella tiene su casa en El Aaiún, que es dónde quiere estar con sus hijos para seguir luchando por su pueblo.
Ella sólo quiere que le sean restituidos sus derechos conculcados por el Gobierno de Marruecos, junto a una complicidad incomprensible con el Gobierno que Vd. preside.
Como le resumía al comienzo, también le dirijo esta carta desde la indignación. Es intolerable que su Gobierno enviara un emisario a Lanzarote a acusar directamente a los miembros de la Plataforma de Apoyo a Aminetu, así como a las personas y organizaciones que solidaria y generosamente le están acompañando en este calvario, de ser los responsables de un no deseado trágico final, por aconsejarla negativamente. Eso fue una acción incalificable Sr. Presidente, tras la que se pretende encubrir la responsabilidad de la incompetencia de su Gobierno en este asunto.
Nadie quiere que Aminetu se muera, y mucho menos la gente de su entorno que la quieren y la respetan tanto como a sus propias vidas. He podido constatar personalmente que Aminetu actúa con una independencia absoluta, entre otras ocasiones cuando me dijo que estaba dispuesta a llegar hasta el final porque quiere que sus hijos vivan con toda la dignidad. Su determinación me congeló la sangre y en la dedicatoria en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que le entregué, le pedí que no llegara hasta el final, que su vida vale mucho más que tanta insensibilidad escondida tras las supuestas razones de Estado.
En caso de que se produjera una muerte que nadie quiere, el Gobierno de Marruecos sería sin duda responsable de este atropello, y el suyo, Sr. Presidente, sería cómplice necesario.
Por ello, Sr. Presidente, aprovechando la pronta Presidencia española de la Unión Europea, le pido encarecidamente que haga ver a las autoridades de Marruecos que o bien están con la legalidad o desde la UE se debería trabajar para congelar el acuerdo de Asociación con este país e impedir que se le conceda el estatus del Estatuto Avanzado con la UE.
Decida Vd., Sr. Presidente. La legalidad y los derechos humanos no deberían ser pisoteados por un negocio manchado por 34 años de abandono de la que fue nuestra 53 provincia. Actúe de inmediato porque Aminetu no debe morir, pero si muere, se golpearán sin retorno, en esta España y en el mundo, muchas conciencias de personas que quieren y admiran al pueblo saharaui y la dignidad que representa esta mujer, la señora Aminetu Haidar.
Atentamente.
Cayo Lara Moya. Coordinador Federal de IU.
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