Cada día es más difícil encontrar trabajo voluntario en la política. Los grandes partidos cada vez recurren más a lo que podríamos llamar "externalización de servicios", es decir a subcontratar a empresas o personas que se encarguen de hacer el trabajo que los militantes ya no están dispuestos a hacer y así, por ejemplo, todas las casetas de los partidos políticos y sindicatos son subcontratadas.
- ¿Todas?
- Todas no:
Una pandilla de irreductibles rojos siguen convencidos de que es más importante entregar que recibir y así un año más han conseguido su caseta sea la caseta Política con más personalidad y éxito de toda la feria de Córdoba. Me refiero como no a los militantes del PCA, algunos de los cuales han llevado su compromiso ha dedicar muchas horas para conseguir que la caseta del PCA funcione. Sorprende sobre todo el esfuerzo de los compañeros más veteranos como Ernesto Caballero que a sus 74 añitos recien cumplidos se pasa la noche al pie del cañón, cuchillo jamonero en mano, cortando finas lonchas una pierna de negra pezuña para deleitar a la gente que acude a la caseta a reponerse del trajín de la feria. Junto a él otros muchos compañeros y compañeras trabajan sin descanso en ese microinfierno que es la cocina de una caseta cordobesa a finales del mes de Mayo.
Mientras, en la barra un nutrido grupo de compañeros atienden con presteza a la gente que acude solicitando comida y bebida. Quiso la casualidad que el día que me toco trabajar coincidí en la barra con unos camaradas de Jaén, miembros de las JCA que habían acudido desde varios pueblos de la geografía jiennense a trabajar en la caseta de Córdoba y para recordarnos que la solidaridad entre Comunistas no se sustenta en preciosas frases retoricas si no que se demuestra por la via de los hechos y el trabajo. Y no sólo desde Jaén vinieron a echar una mano. El día que me toco trabajar en la caseta tuve también la oportunidad de conocer a un camarada colombiano, otro Frances y otro Italiano, residentes por diferentes circunstancias en Córdoba y todos ellos, en la mejor tradición de los brigadistas internacionales, acudieron a la llamada del partido para sacar adelante una caseta que sigue siendo un referente.
Un referente porque el trabajo voluntario que es el mismo para todos sean diputados provinciales, concejales del ayuntamiento de Córdoba, alcaldes de algún pueblo de la provincia, parlamentarios andaluces o militantes de base todos trabajan por igual y cumplen por igual en la caseta del PCA y lo hacen además con la alegría de quien siente que entrega su esfuerzo a una causa mayor, la causa de su partido. Por eso cuando las personas se acercan a la barra a pedir una cerveza, un refresco o un cubata, notan que la persona que les atiende es diferente, que no se trata de un pobre empleado alienado en el duro trabajo de camarero en feria, sino que está frente a una persona que disfruta de lo que hace y que quiere compartir esa alegría con otros y que transforma la relación profesional camarero-cliente en otra más personal.
Es esto lo que a mi entender hace que la caseta del PCA sea diferente, eso y contar con el rincón cubano, el único sitio de la feria donde uno puede disfrutar de daikiris, mojitos y otros muchos cócteles tropicales hechos como dios manda. Por todo ello aquí dejo este pequeño reportaje fotográfico de los dos días que estuve en la feria de Córdoba y en nuestra caseta, el primero de juerga y el segundo trabajando para la causa, para que sirva como homenaje a todos los camaradas cordobeses o de otras partes del mundo que con su esfuerzo han contribuido a que una vez más la caseta del PCA sea un referente en la feria.
1 comentario:
que bonito,que idilico!!!!la izquierda funcionaria y de salon,con su caseta ultrarrevolucionaria de sevillanas y finos de xerez!!!!no existe el paro,claro!tomate un chato!
vota en blanco!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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